Los papeles de género, por desgracia, siguen presentes en la sociedad. Prueba de ello son los resultados de una investigación efectuada en USA que prueba que los padres nutren peor a sus hijos que las madres.
Conforme la publicación aparecida en la gaceta ‘Appetite’, los progenitores acostumbran a preparar a sus niños comidas menos saludables que las ofrecidas por las madres. Para llegar a esta conclusión se encuestó a cuarenta y dos madres, catorce padres y cincuenta y tres adolescentes. Las contestaciones de todos apuntaron exactamente la misma tendencia; aun los padres reconocieron que los hábitos alimenticios que inculcaban a sus hijos eran descubiertamente mejorables.
Las autoras del estudio asimismo ponen de relieve que la mayor parte de las madres estaban en desacuerdo con la alimentación que los padres le daban a sus hijos y que desarían que cambiara. Asimismo pusieron encima de la mesa los papeles de género tácitos en esta situación. Según ellas, la sociedad, con sus papeles, hace responsable a las madres de la nutrición de la familia, al tiempo que a los hombres les asigna la función del sustento económico familiar, principalmente.
Los adolescentes preguntados no eran extraños a esta situación y se percataron de que sus progenitores tenían “diferentes prioridades” con respecto a su nutrición. Ello contrasta con otros campos en el que los jóvenes sí comprobaron que los progenitores se ocupaban por igual, como la educación. Por desgracia, no se puede decir lo mismo con respecto a algo tan esencial como la nutrición y la salud que depende de ella.
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