Para los progenitores, el lloro de su hijo señala apetito, sueño o bien pañál húmedo. No obstante, Stephen Sheinkopf, maestro de Siquiatría y del Comportamiento Humano de la Brown University, ha desarrollado un dispositivo que deja valorar si tras las lágrimas existe algún género de desorden neurológico o bien fisiológico.
El sistema opera en fos fases. A lo largo de la primera, descompone el lloro infantil en secuencias de ciento veinticinco milisegundos. La frecuencia, el tono y el volumen de cada frecuencia son analizados desde diferentes factores. En la segunda, dismuyen el número de factores y se estudian los que son más usuales. Ahora se examina todo el conjunto, considerando los instantes de lloro y las pausas.
Tras un par de años de investigación, Stephen Sheinkopf, ha llegado a ciertas conclusiones, como que el lloro afín al de un gato pueden ser indicativo de un Síndrome de Down. Mas asimismo previene a los progenitores de que no caigan en el fallo de procurar interpretar el lloro de su bebé. “Las diferencias entre un pequeño sano y otro que no lo está solo pueden ser detectadas a través de la tecnología conveniente, no a través de el oído humano”, explica.
El trabajo de Stephen Sheinkopf, en el que asimismo ha cooperado el centro de salud universitario Women & Infants Centro de salud de Rhode Island, ha sido publicado en Journal of Speech, Language and Hearing Research y pretende abrir una ventana en la detección de enfermedades infantiles.
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