Historia el barrio de Boedo

Boedo nació como un habitual distrito proletario del sur de la urbe que cobró fama con la aparición de la literatura social desarrollada desde la llegada del Conjunto Boedo. Se fue desarrollando en torno a la avenida homónima, tomó su nombre y lo oficializó con sus límites desde mil novecientos setenta y dos. Sus viejas casas contrastan, como en múltiples distritos de la Capital Federal, con los modernos edificios construidos en los últimos tiempos. Pese al elevado número de tangos que charlan de Boedo, este es uno de los distritos más frescos y jóvenes. La autopista veinticinco de Mayo, paralela a la Avenida San Juan y Avenida Pavón, cruza el distrito de este a oeste.

Boedo es el único distrito de Buenos Aires que toma su nombre con relación a una avenida concreta. La Avenida Boedo lleva su nombre en honor al doctor Mariano Joaquín Boedo desde el año mil ochocientos ochenta y dos. El doctor Boedo fue un refulgente letrado salteño que nació en el año mil setecientos ochenta y dos y fue miembro del Congreso de los Diputados de su provincia. Dedicó su vida a la causa de la Independencia y fue signatario del Acta de la Independencia Nacional. Por su desempeño se lo nombró Vicepresidente del Congreso de Tucumán. En el año mil ochocientos diecisiete se lo escoge como presidente de la Urbe de la ciudad de Buenos Aires y muere un par de años después, con tan solo treinta y siete años.

Originariamente, el espacio que ocupa el distrito de Boedo era un territorio compartido entre los distritos de Almagro, San Cristóbal y Parque de los Patricios. Allá había hornos de ladrillos, tambos, molinos panaderos, pulperías y guardes. A inicios del siglo veinte empiezan a aparecer los cafés, el tango y los versistas.
La urbe de la ciudad de Buenos Aires lo incorporó al catastro municipal el seis de marzo de mil ochocientos ochenta y dos, cuando todavía era una zona semi-rural que rodeaba a la calle Boedo. Esta calle era una esencial vía de circulación, usada en las últimas décadas del siglo XIX por automóviles de tracción a sangre y por las tropillas de animales. Ya entrado el siglo veinte, llegan a la zona los primeros tranvías eléctricos. La red tranviaria formó uno de los factores de afincamiento de los primeros pobladores. El proceso de desarrollo apuntado tuvo particulares peculiaridades en la barriada conformada en el ambiente la calle Boedo. Era un sitio de quintas, de múltiples hectáreas de superficie, que padeció un proceso progresivo de loteo, apareciendo los predios de dimensiones tradicionales a bajo costo ocupados mayoritariamente por los inmigrantes, situación extendida hasta las 3 primeras décadas del siglo veinte

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