Historia del barrio de Mataderos

Es precisamente el punto en que por largo tiempo convivieron el campo y la urbe, en tanto que allá se instaló, en mil ochocientos ochenta y nueve, el matadero de ganado vacuno. En ese establecimiento, se faenaban las reses destinadas al consumo interno y a la exportación.
Cuando el distrito empezó a poblarse con trabajadores atraídos por la nueva actividad, fue llamado “la Nueva Chicago”, en referencia a la urbe estadounidense, centro de la industria de la carne.

Vista del distrito Manuel Dorrego en construcción.
A lo largo de la primera presidencia de Juan Domingo Perón se puso en marcha un extenso plan de residencia social, gestionado por la Municipalidad de la Urbe de la ciudad de Buenos Aires. A través de este plan se edificaron en la urbe nueve distritos, entre mil novecientos cuarenta y ocho y mil novecientos cincuenta y cuatro. Uno de los más esenciales fue el Distrito Manuel Dorrego con mil sesenta y ocho departamentos1​
En lo sesenta y setenta Mataderos ocupó un sitio preponderante en la industria frigorífica argentina, con establecimientos industriales de la zona. Hoy día conserva ese perfil de distrito industrial.
Mataderos es el día de hoy una zona industrial de casas bajas, con tránsito pesado, y si bien cerraron los mataderos y sus corrales, se reverencia allá el pasado en el que se mezclaban en sus calles los gauchos que arreaban el ganado y los trabajadores urbanos. En verdad, en la edificación en el que funcionaba la administración del matadero, de inspiración italiana, marcha el Museo Criollo de los Corrales, donde se pueden ver sillas de montar, frenos, espuelas, boleadoras y otros objetos utilizados por los gauchos para sus faenas y diversión.
Aún es naciente la construcción de edificios nuevos sobre las avenidas comerciales que atraviesan el distrito, como Alberdi o bien Directorio, y sus proximidades.2​

Geno Díaz, fue un dibujante y escritor insigne por sus cuentos referidos al distrito. Él era de Oliden y Tapalqué. En su libro Bazar de 0,95 o bien La gruta del chancho se pueden leer muchas historias de este distrito.
Uno de los personajes más representativos del distrito fue el púgil Justo Suárez (mil novecientos nueve-mil novecientos treinta y ocho), conocido como “El Torito de Mataderos”.
La urbe de la ciudad de Buenos Aires cobijó desde mil ochocientos noventa y seis unas doscientas salas que formaron una parte de la cultura porteña. El cine fue uno de los primordiales ejes de consumo cultural. Cada distrito ostentó cuando menos un cine y el consumo era democrático y también inclusivo, puesto que la presencia de los cines de distrito facilitaba el acceso a los ámbitos populares a las salas. Mataderos, llegó a cobijar 6 cines: California, Gran Buenos Aires, El Plata, Alberdi, Oliden y Nueva Chicago.
El cine El Plata, situado en la Av. Alberdi al cinco mil setecientos, abrió sus puertas en el año mil novecientos cuarenta y cinco y desde sus comienzos fue el orgullo de los vecinos. Conocido como “el Gran Rex de Mataderos”, de estilo art decó, con una sala con capacidad para mil quinientos espectadores, ochocientos en la platea de planta baja, y el resto entre pullman y superpullman. El Plata tenía la peculiaridad de estrenar en simultáneo las películas con los cines del centro de la Urbe de la ciudad de Buenos Aires. En mil novecientos ochenta y siete, en la mitad de la crisis del alfonsinismo, cierra el cine El Plata. Desde esa data hasta los primeros años del dos mil, el cine fue usado como depósito de Fontana, una reconocida tienda de electrodomésticos del distrito.
En el año dos mil cuatro, empezó el movimiento por la restauración del cine El Plata. Ciertos vecinos encabezaron este proceso consiguiendo reunir miles y miles de firmas bajo un petitorio que fue presentado en la Legislatura Porteña. Consiguiendo que esta declarase la restauración del cine El Plata de interés cultural y también instase al Ejecutivo sobre la adquisición para su puesta en valor y siguiente reapertura. El dieciocho de julio de dos mil once queda habilitada una micro sala para ciento setenta personas, en la vieja Súper Pullman, baños y elevador. A lo largo de estos años se proyectaron películas nacionales y se abrieron las puertas para exposiciones fotográficas. Hoy en día el Cine se halla de nuevo cerrado al público.

La recova del viejo mercado es además de esto el núcleo de la Feria de las Artesanías y Tradiciones Populares Argentinas, exactamente la misma se empezó el ocho de junio de 1986.3​ Son más de trescientos puestos en los que se venden comidas y artesanías gauchescas y que convocan a miles y miles de vecinos de la urbe y turistas. En la Feria se efectúan asimismo espectáculos de domestica de potros, nudo, corridas de caballos y “guitarreadas”, asambleas de canto y danzas tradicionales.

La Feria se transformó en un camino tradicional, en el que se comen las mejores empanadas (envoltura de masa de pan rellena de carne picada y adobada, horneada o bien frita) y locros (guisado a base de maíz), se pueden adquirir mantas, ponchos y objetos de cuero y plata, y oír recitales de los más señalados músicos folclóricos. En este distrito de la ciudad de Buenos Aires medró la famosa vocalista argentina Tormenta.

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