DESPUÉS DE LOS DINOSAURIOS, REINARON LAS HORMIGAS

Entre cincuenta y cinco y sesenta millones de años atrás, un conjunto de hormigas sudamericanas de la tribu Attini cambiaron de un modo de vida cazador-colector al de agricultura de subsistencia, cultivando los hongos que medraban en descomposición, ese fue el paso inicial cara la agricultura en una escala mucho mayor. A lo largo del tiempo esta actividad provocó cambios genéticos, tanto en los insectos como en los hongos provocando el desarrollo de la agricultura a escala industrial a una escala que supera la agricultura humana en su eficacia.

De este modo lo asevera un nuevo estudio publicado en Nature Communications, firmado por especialistas del Instituto Smithsonian y la Universidad de Copenhague. El equipo, dirigido por Jacobus Boomsma, estudió los genes de 7 especies de hormigas agrícolas y los hongos asociados para comprender de qué forma se ha desarrollado esta sociedad. “Las hormigas perdieron muchos genes cuando empezaron a cultivar hongos – explica Boomsma –. Esto condujo a una catarata evolutiva de cambios, que hasta hora no hemos visto en ningún estirpe de los animales estudiados”.

Hace unos veinticinco millones de años, un conjunto de hormigas empezó a cultivar hongos que generan bulbos enanos, ricos en proteínas y que eran apreciadísimos por estos insectos. Cuanto más nutritivo era el comestible, más medraba la colonia y más evolucionaba la capacidad agrícola de las hormigas. Entonces, diez millones de años después, brotaron las hormigas cortadoras de hojas que cortaban hojas frescas y las llevaban a sus grutas, lo que daba comestible fresco a los hongos y también empezó la agricultura a escala industrial y las colonias con millones de ejemplares.

Esta técnica nueva generó cambios en los dos miembros de la sociedad: hongos y hormigas. Los primeros, por poner un ejemplo, dejaron de generar enzimas para digerir la parte leñosa de las plantas y pasaron a depender por completo de las hojas frescas. Para asegurarse que estas prosiguieran llegando, los hongos empezaron a generar “frutos” llenos de proteínas, esenciales para el desarrollo de las hormigas, que por su parte evolucionaron enzimas singulares para digerir de forma fácil este súper comestible y ya no pueden comer sin ese comestible.
Los humanos empezaron la agricultura de subsistencia hace unos diez.000 años, avanzando a la agricultura industrializada solo en el pasado siglo. “En términos humanos – concluye Boomsma – el éxito de estas hormigas sería afín a que encontráramos un modo de cultivar a escala industrial un solo comestible capaz de prevenir enfermedades, plagas y que sea resistente a la sequía. Y que lo hubiésemos conseguido a lo largo de la civilización griega”.

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