Se secuestraron cosméticos ilegales en un megaoperativo en la Ciudad

Los allanamientos fueron ordenados por la Fiscalía de la Ciudad y fueron en Belgrano, Once y Constitución. Se buscaron perfumes y productos cosméticos truchos o que no fueron aprobados por ANMAT para su comercialización

De forma conjunta y simultánea se llevaron a cabo varios allanamientos en la Ciudad en búsqueda de perfumes y cosméticos truchos. Los productos secuestrados fueron incautados en los barrios porteños de Belgrano, Once y Constitución y en total se secuestraron 844 perfumes y 221 productos cosméticos.

La fiscal Celsa Ramírez, que solicito los allanamientos explico que dos fueron en Salta al 1700 (Constitución), en Juramento al 1700 y Arribeños al 2100 (Belgrano) y tres allanamientos sobre la calle Sarmiento al 2500, en el barrio de Once. En todos los casos, los productos secuestrados estaban a la venta sin los controles sanitarios adecuados, ni el rotulado correspondiente expedido por la ANMAT.

En la causa intervinieron organismos como la Dirección Nacional de Migraciones, la Dirección general de Fiscalización del Espacio Público, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimento y Tecnología Médica (ANMAT), la Agencia Gubernamental de Control, la AFIP y la División Contravenciones y Faltas de la Policía de la Ciudad.

La explosión en la venta de este tipo de productos se debe a la diferencia de precio con los productos originales, que seducen al comprador por la similitud en la fragancia, en el caso de un perfume. Pero no muchos sabemos de los peligros para la salud a los que nos exponemos cuando los utilizamos. Los cosméticos falsos, a diferencia de los originales no están sujetos a los estrictos controles sanitarios que exige la ley. En muchos casos tienen un alto contenido en sustancias toxicas y peligrosas para la salud. Además pueden llegar a causar alteraciones cutáneas como dermatitis, alergias, infecciones oculares o manchas.

Los expertos explican que la razón por la que existen tantos rigurosos exámenes de calidad hacia los fabricantes de productos relacionados con la belleza y el cuidado de la piel, es porque claramente existe la necesidad de que la sociedad sepa que dichos productos son beneficiosos para la salud y no contienen componentes que puedan entrañar riesgos.