Se mudó el histórico bar La Andaluza

La Histórica Andaluza, el renovado nombre del mítico bar de La Paternal, se trasladó a un local sobre la avenida San Martín.

La Andaluza, en el local de Camarones y avenida San Martín, fue primero una zapatería cuyos dueños fueron la familia Muñoz provenientes de Andalucía, España. Luego, a finales de los años 40, Andrés y Cristóbal Muñoz, hijos de José, decidieron cambiar la zapatería por un bar tanguero.

De esta manera, La Andaluza se convirtió en un lugar de encuentro de importantes figuras del tango, como Carlos Dante, Fidel Pintos y Alfredo De Angelis. Recordemos que en esa época el cine-teatro Taricco estaba en su esplendor y luego de las presentaciones los cantores pasaban a tomar algo por el bar.

Luego el bar pasó a manos de los hermanos Valentín, Jesús y César Gómez. En el 2000, decidieron vender y es entonces cuando los trabajadores decidieron juntarse y armar una cooperativa, así nació La Nueva Andaluza con José, Horacio, Antonio, Oscar y Mario, que tenían más de 20 años de trabajo.

En 2011 fue declarado Bar Notable por el Gobierno de la Ciudad, siendo el único del barrio hasta el momento. Pero esto nos les trajo ningún beneficio.
Hace dos meses el bar se mudó a la avenida San Martín 2462, a la vuelta de su domicilio original, y fue rebautizado como La Histórica Andaluza.

“Nos mudamos porque terminó el contrato y decidimos no renovar por cómo están las cosas. Conseguimos este local que es un poco más chico, no podemos tener los billares, pero viene gente nueva al estar sobre la avenida.
Seguimos teniendo dominó y tenemos un patio donde armamos mesas para jugar y para los fumadores”, cuenta Horacio.

Por su parte Héctor, cliente del bar dijo “yo tenía negocio en Warnes y a la mañana cuando salía apurado de mi casa pasaba a tomar un cafecito y me iba. Después cuando cerraba venía a tomar algo y ahora que no trabajo más y como viene toda gente conocida, me siento como en mi casa, es como un club”.

“No tienen más billares porque no tienen lugar acá. La juventud ya no entra a los bares, se compran una birra y la toman en la esquina. Está cada vez más difícil”, concluye Héctor.