NUEVA SALMONELLA MORTAL

Si bien en un comienzo la salmonella no es una enfermedad mortal, una nueva cepa considerablemente más peligrosa y violenta se extiende a pasos de gigante por todo el continente africano. Un conjunto de estudiosos internacionales del Instituto Sanger cuyos resultados han sido publicados en Nature Genetics, aseveran haber encontrado una relación entre la veloz expansión del virus del SIDA y de esta evolucionada y ignota bacteria de la salmonella.

Esta relación señala, conforme los estudiosos, que el virus del VIH ayuda a generar un ‘catálogo’ de nuevos patógenos que evolucionan en aquellas personas perjudicadas por el virus del VIH como consecuencia de la debilidad de su sistema inmune. Aunque una salmonella normal nos provoca malestar general y retortijones poco agradables, en África la enfermedad se transforma en una clase hasta el momento ignota de fiebre tifoidea, con un pronóstico considerablemente más grave que un incómodo dolor de tripa y que puede ser mortal en un cuarenta y cinco por ciento de los casos.

El estudio asimismo muestra como la bacteria se hace fuerte y evoluciona, extendiéndose con velocidad por todo el continente. Como consecuencia del elevado número de personas adultas (y que por ende se mueven por el interior) inficionadas con el virus del VIH, la cepa se ha cobrado más víctimas que nunca: una de cada 4 personas inficionadas murieron.

“La sensibilidad del sistema inmune a consecuencias de enfermedades como el SIDA, la malaria y la desnutrición desde la niñez, puede ser el medio de proliferación ideal a fin de que este patógeno tan perjudicial se introduzca, adapte, expanda y prospere”, afirma Chinyere Okoro, autor primordial del estudio llevado a cabo por el Wellcome Trust Sanger Institute. “Hemos secuenciado el genoma completo (más de doscientos lotes de salmonella) para poder acotar una nueva cepa de Salmonella Typhimurium que está provocando una epidemia completamente ignota. Su composición genética prueba que, de la misma manera que la fiebre tifoidea, es capaz de extenderse velozmente por el cuerpo humano”.

Desde las diferentes muestras secuenciadas, el equipo de estudiosos creó un ‘árbol genealógico’ que representa la evolución del patógeno. Merced a esto, el equipo del Sanger halló que esta invasiva enfermedad da inicio primordialmente como consecuencia de 2 olas de manera estrecha relacionadas, una producido hace cincuenta y dos años en la zona sur-oriental y otra producido hace algo más de treinta años en la Cuenca del Congo.

La enorme mayoría de muestras tomadas de esta nueva y peligrosa cepa son resistentes al cloranfenicol, uno de los primordiales antibióticos para combatir contra la fiebre tifoidea. “Dada la resistencia al cloranfenicol, este patógeno tiene mayor ocasión de subsistir y extenderse a través del contintente”, afirma el maestro Gordon Dougan, estudioso del Wellcome Trust Sanger Institute.

Ahora a los estudiosos les queda la agobiante y bastante difícil carrera contra reloj de encontrar el antídoto eficiente contra esta nueva clase de fiebre tifoidea que deje supervisar y eludir la propagación de la cepa no solo por el continente, si no por el resto del planeta.