Los Churros

Los churros, sabrosos palos de masa rehogados, espolvoreados con azúcar y servidos con chocolate caliente, son desde hace tiempo los preferidos de los Argentinos.

Los Argentinos no necesitamos ocasión especial para saborearlos. Podemos encontrarlos en panaderías, hacerlos caseros en casa, o comprarlos en las típicas churrerías.

Aunque si debemos mencionar, que en los últimos años, el churro, se ha convertido en la estrella del verano, en la Costa Atlántica Argentina. A pesar de que los Argentinos somos coquetos y nos gusta cuidar nuestra figura, cuando estamos en la playa, no podemos resistir la tentación de comprar unos churros rellenos, al ver a los vendedores ambulantes con sus canastas llenas de por las playas y saborearlos en compañía de un rico mate.

Pero el churro tiene una larga y venerada historia, que otorga a este tentempié un estatus casi místico. No comienza en Argentina, sino en China, donde los mercaderes portugueses degustaron por primera vez el youtiao, tiras de masa frita dorada y salada consumidas tradicionalmente durante el desayuno.

El churro nació cuando los portugueses recrearon este manjar en la Península Ibérica, añadiendo azúcar en lugar de sal e introduciendo su ahora familiar forma de estrella.

Y fueron los conquistadores los que trajeron los churros a Sudamérica. Ya en Sudamérica, el churro continuó evolucionando desde un palo delgado y soso, a una especialidad rellena y más gruesa, con variaciones según la región.

Nosotros los Argentinos, tenemos como churros clásicos los rellenos de dulce de leche, o crema pastelera, aunque en el último tiempo creemos que el churro sigue evolucionando, y encontramos los bañados con chocolate, los rellenos con Nutella, con pasta de Oreo y algunos aún más osados.