Se trata de un distrito eminentemente residencial, de calles anchas y apacibles, ciertas empedradas y otras pavimentadas. La Avenida Juan B. Justo atraviesa al distrito por la mitad. Frente a ella se halla la plaza del distrito (la Plaza Sáenz Peña, famosa por su monumento a Norberto Napolitano, vocalista de rock y vecino del distrito).
En el distrito conviven casas bajas con edificios, sin que estos últimos quiten serenidad. La zona es arbolada y apacible.
Ya antes de la llegada de los españoles el sitio era habitado por indios querandíes. Cara mediados del siglo XIX era una zona suburbaba y enteramente campestre que pertenecía al Partido de San José de Flores.
No obstante, esto empezó a mudar desde el año mil ochocientos ochenta con la federalización de la ciudad de Buenos Aires. Esa ley, entre otras muchas cosas, expandió los límites geográficos de la Urbe de la ciudad de Buenos Aires. Eso incluía a las tierras donde debería surgir Villa General Mitre.
Desde entonces las estancias empezaron a subdividirse en parcelas poco a poco más pequeñas. Empezaron a abrirse calles y avenidas. Fue un proceso gradual, con calles de tierra, casas separadas y servicios públicos llegando de forma lenta tras efectuarse los loteos.
Originalmente el distrito era considerado una parte de Villa Santa Rita, mas después de la muerte del ex- presidente Bartolomé Mitre en mil novecientos seis, un conjunto de vecinos comenzó una campaña para renombrar la zona en su honor. De esta forma, el Concejo Deliberante de la Urbe de la ciudad de Buenos Aires sancionó el seis de noviembre de mil novecientos ocho la ley por la que se creaba el distrito de “Villa General Mitre”.
Un par de años después, el flamante distrito fue visitado por la Infanta Isabel.
Cara el año mil novecientos dieciocho brota la Liga de Promuevo barrial, encargada de labores culturales, urbanísticas y deportivas. Se trata del presente Club Villa General Mitre.
En la década del ’30 empezaron a asentarse inmigrantes de diferentes orígenes: gallegos, italianos, judíos, vascos, árabes y gitanos. Con ellos brotaron comercios y pequeñas industrias.
A fines de esa década empezó a entubarse el Riachuelo Maldonado.