Historia del barrio de la Boca, tercer parte

Siglo XXI

El 1.º de julio de mil novecientos noventa y cinco se abrió al tránsito el tramo La Boca – Quilmes de la Autopista Buenos Aires – La Plata (el día de hoy Ricardo Balbín). La obra, que comenzaba su recorrido en el extremo Este de la Autopista veinticinco de Mayo, avanzaba como puente por sobre la Avenida Don Pedro de Mendoza, para entonces cruzar el Arroyo cara el sur del conurbano bonaerense. Esta obra, de gran relevancia para la conectividad vial del Área Metropolitana, no hizo más que acentuar la humillación urbana que afectaba al castigado distrito de La Boca.
En este contexto, desde mil novecientos noventa y seis empieza un proceso de mayor inversión pública por la parte del Gobierno de la urbe de Buenos Aires: Se efectúan ciertas obras de saneamiento en la cuenca del Arroyo y se reconstruye la avenida costanera Don Pedro de Mendoza, incorporando defensas de contención para prevenir inundaciones. La intervención sobre la costanera incluyó un diseño afín al empleado en la urbanización de Puerto Madero, fortaleciendo el término de unidad para un futuro corredor ribereño Retiro-Puerto Madero-La Boca. Con estas obras se procuraba recobrar el ambiente barrial concentrando los sacrificios en la zona de Vuelta de Rocha y Caminito, condición básica para atraer inversiones privadas y también empezar un proceso de elitización. Asimismo se aguardaba que el mega-emprendimiento de Puerto Madero, produjera un efecto derrame sobre los distritos del sur.
Las obras de la ribera dieron un esencial impulso a la actividad turística: a las atracciones históricas como Caminito, el Museo Quinquela Martín, el Teatro de la Ribera o bien la Cancha de Boca se sumó un museo de vanguardia (PROA), locales gastronómicos y diferentes negocios destinados al turista. No obstante, el florecimiento comercial todavía no es acompañado por una renovación en el área residencial.
Mientras, otra de las obras prometidas en los años ´90 para levantar al distrito fue el «Tren del Este», un servicio de pasajeros con trenes diésel ligeros administrado por la concesionaria Ferrovías SAC, que uniría los partidos bonaerenses de Vicente López y Avellaneda, pasando por Retiro, Puerto Madero y La Boca con una extensión de veinticuatro km. El servicio empezaría su recorrido en la Estación Aristóbulo del Val siguiendo exactamente el mismo recorrido que el de la Línea Belgrano Norte hasta Retiro y desde allá avanzaría por las vías de carga, con lo que había sido la vía primordial del ex- Tren Ensenada. Desde Barraca Peña, el servicio sería más tarde extendido hasta Avellaneda, si bien esta sección requería la desocupación de la traza ferroviaria que había sido intrusada por un asentamiento ilegal.
Dicho proyecto quedó en suspenso hasta el año dos mil cinco cuando se anunció de nuevo su puesta en marcha con peculiaridades afines a las del proyecto original, no obstante, al poco tiempo se lo relanzó como una flamante línea de tranvía eléctrico, el «Tranvía del Este». Si bien el Gobierno Nacional anunció su puesta en marcha para enero de dos mil seis, el servicio recién se inauguró en el mes de julio de dos mil siete, con un insignificante recorrido de cuatro estaciones entre las avenidas Córdoba y también Independencia. En dos mil ocho se anunció en el llamado a licitación para la ampliación del servicio, que iba a contar con 7 estaciones nuevas. Cara el norte se edificarían las paradas «Catalinas», «Torre de los ingleses» y «Terminal de ómnibus», al paso que cara el sur, estarían las estaciones «Avenida Garay», «Hospital Argerich», «Cancha de Boca» y «Caminito».16​ No obstante, las obras de extensión jamás se comenzaron y el servicio, con escasos pasajeros, acabó siendo suspendido de forma «provisoria» en el mes de octubre de dos mil doce.
Otro proyecto relevante para el distrito, que corrió mejor suerte, se lanzó en el año dos mil, cuando el Jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, decidió emprender al lado del Gobierno Nacional (Presidente Fernando De la Rúa) la restauración del simbólico edificio de la ex- Usina Pedro de Mendoza (el día de hoy Usina del Arte) para situar allá al Auditorio de la Urbe de la ciudad de Buenos Aires, sede terminante de las orquestas Sinfónica Nacional y Filarmónica de la ciudad de Buenos Aires. El Gobierno de la Urbe dio inicio a los trabajos, restaurando la construcción anejo, ocupado en la actualidad por el Museo del Cine. No obstante, tras la crisis de dos mil uno, las nuevas autoridades nacionales deciden retirarse del proyecto, con lo que el Gobierno de la Urbe acaba adquiriendo el inmueble por dólares americanos cinco millones para poder seguirlo. El inicio de los trabajos se da en el mes de julio de dos mil siete, bajo la administración de Jorge Telerman, al paso que la inauguración de su primera etapa se genera en el mes de julio de dos mil once con Mauricio Macri como Jefe de Gobierno.
Poco después, en el mes de noviembre de dos mil doce, la Legislatura Porteña aprobó la creación del «Distrito de las Artes» en una parte de los distritos de La Boca, Barracas y San Telmo. El propósito de la iniciativa era favorecer al campo artístico (artes visuales, literarias, escénicas y musicales). Por un término de diez años, los emprendimientos artísticos que se instalen allá van a estar exentos de impuestos municipales y contarían con líneas de crédito preferente del Banco Urbe.

República de La Boca

En mil ochocientos ochenta y dos a causa de un enfrentamiento laboral que acabó con una huelga, un conjunto de inmigrantes genoveses decidieron independizar a La Boca de la Argentina. Firmaron un acta en la que notificaron al Rey de Italia que habían constituido la “República Independiente de La Boca” y levantaron su bandera. El General Julio Argentino Roca, por entonces Presidente de la Nación, asistió en persona al sitio con el Ejército, quitando la bandera genovesa izada en un mástil y resolvió el enfrentamiento.