Historia del barrio de Constitución

El distrito de Constitución está formado por 2 zonas que brotaron de forma independiente en tiempos coloniales: el distrito de Concepción y el de la Convalecencia.

La presente Iglesia de la Inmaculada Concepción.
La historia del primero se remonta a mil setecientos veintisiete, cuando el prelados de la urbe Pedro Faxardo encabezó una asamblea de caballeros, entre ellos el Gobernante del Río de la Plata Mauricio Bruno de Zavala, para lograr la donación del terreno en las presentes calles Independencia y Tacuarí y allá levantar una capilla. En mil setecientos treinta y tres, Juan Guillermo González y Gutiérrez de Aragón erige la capilla bajo la doble advocación del Arcángel San Miguel y Nuestra Señora de los Antídotos. En mil setecientos treinta y ocho, Matías Flores y su esposa adquirieron a la Fraternidad de la Muy santa Caridad la capilla, la rehabilitaron con las debidas licencias del prelados y la pusieron bajo la advocación de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción. Cuando se efectuó la primera división de la ciudad de Buenos Aires en parroquias en mil setecientos sesenta y nueve, la Parroquia de la Concepción abarcó parte del presente distrito de Constitución, y parte del presente distrito de San Telmo.

El viejo Mercado Constitución, germen de la presente plaza homónima. (mil ochocientos sesenta y cuatro)
A pocos metros de la Iglesia de la Inmaculada Concepción se abrió la Plaza de la Concepción. En los primeros años del siglo XIX se vio la necesidad de separar del centro de la urbe las concentraciones de carretas, y así es como en mil ochocientos veintiuno se designó a la Plaza de la Concepción para cumplir esa función, que pasó a ser de esta forma el nuevo mercado de frutos de la urbe. La localización de la plaza era ideal, puesto que estaba de manera directa conectada con la Calla Larga del Sur, actual Avenida Montes de Oca, que la conectaba con las quintas al sur de la urbe.

Por otro lado, a fines del siglo XVIII los progenitores Bethlemitas habían fundado un centro de salud al que llamaron “de la Convalecencia”, más o menos en los terrenos del que hasta hace poco hace un tiempo fue el Centro de salud Rawson (el día de hoy Asilo Rawson), y de este modo los aledaños del hospicio empezaron a llamarse “La Convalecencia”. No obstante, la zona no de desarrollaría hasta mediados del siglo XIX, y conforme relatos de temporada el área de la presente Plaza Constitución era “un pajonal”.

La primera Estación Constitución frente al Mercado de Constitución. (mil ochocientos sesenta y cinco)
En tiempos de Juan Manuel de Rosas, la zona del presente Parque España, al lado del Centro de salud de la Convalecencia, fue escogida por Esteban Echeverría para ambientar su famosa obra El matadero, en donde un conjunto de federales se entretenía torturando y asesinando a un unitario que pasaba frente al matadero que funcionaba en el sitio. En mil ochocientos cincuenta y dos, la presente Plaza Garay habría sido el lugar escogido por Rosas para firmar su rendición después de la Batalla de Caseros.
En mil ochocientos cincuenta y siete, debido a la saturación del tránsito que causaba el mercado en Plaza Concepción, a sugerencia del gobernante Pastor Obligado, se instaló el nuevo Mercado del Sur del Alto en el terreno municipal limitado por las calles Cochabamba, Brinca y Buen Orden (Bernardo de Irigoyen). Poco más tarde el nuevo mercado recibió el nombre de Constitución, y de ahí viene el nombre del presente distrito, merced a la Constitución de la ciudad de Buenos Aires firmada en mil ochocientos cincuenta y cuatro.
El catorce de agosto de mil ochocientos sesenta y cinco se libró al público la primera etapa del Tren del Sud (actual Tren Roca), que salía desde una primitiva estación Constitución, y que a fines de ese año ya llegaba hasta Chascomús. El tren trajo como consecuencia la desaparición de las viejas carretas que traían la producción hasta el centro de la urbe. Mientras, el eje de la Calle Larga del Sur iba consolidándose como zona de estancias y casonas de la clase alta porteña.

Tranvías y colectivos en frente de la estación. (mil novecientos treinta y seis)
Para el año mil ochocientos sesenta y siete, D. Amaro del Val, declara en su testamento tener acciones sobre la obra del Mercado de Constitución y guardes en el Mercado de Constitución.
Federalizada ya Buenos Aires, el Intendente Torcuato de Alvear se planteó convertir el mercado en una plaza, y fue como en mil ochocientos ochenta y cuatro, el ámbito este del mismo se transformó en un camino, al paso que el opuesto continuó cumpliendo su vieja función. El 1º de enero de mil ochocientos ochenta y siete, el Tren del Sud inauguró el segundo edificio de la Estación Constitución, una suntuosa construcción para la temporada, que convirtió absolutamente el aspecto de la zona. El treinta de octubre de mil ochocientos noventa y dos la plaza Constitución fue librada al público en su totalidad, tomando su aspecto actual. Estaba decorada con árboles múltiples y también incluía una exótica cueva artificial con falsas ruinas de un castillo descuidado, que serían destruidas pocas décadas después.
El distrito de Constitución y su historia están de manera estrecha ligados a los mayoristas, que fueron los primeros compradores de tierras, adquiriendo grandes predios para tener un espacio para edificar sus depósitos. A la par de la edificación de casas empezaron a verse las primeras pulperías, las tiendas de adquiere y venta y todo cuanto el hombre de negocios precisaba. Asimismo empezaron a aparecer los llamados “pirigundines”, lugares para danzar, gozar de unas copas y compartir con las mujeres de la noche que entretenían a los visitantes.

Casonas aristocráticas en Avenida Caseros.
A fines del siglo XIX el distrito padeció su mayor explosión demográfica, y la construcción se extendió por toda la zona, ocupando terrenos y manzanas que hasta pocos años atrás proseguían libres. Se construyeron tanto casas humildes y conventillos como petit hotels de clase alta, e inclusive casonas de alta categoría en la zona de la Avenida Caseros, que se convirtió en una zona escogida por la elite, por su proximidad al nuevo Parque Lezama. Los aledaños de la estación de tren asimismo fueron escogidos para instalar casas aristocráticas, merced a la renovación que padeció la zona y a la relevancia que le daba la edificación de la terminal de trenes.
Mientras que, el cervecero Otto Bemberg instaló en Brasil y Piedras los depósitos de la Cervecería Quilmes, fundada en mil ochocientos noventa. De este modo, la zona se fue afianzando tanto por la actividad comercial y también industrial, como por las zonas residenciales tanto de clase baja como de clase alta. Al tiempo, los inmigrantes aportaron otra faceta más a la heterogeneidad del distrito, prevaleciendo los “turcos” que vendían lonas en los aledaños de la plaza.

La Iglesia del Inmaculado Corazón.
En mil novecientos cuatro se establecieron en Constitución los Misioneros del Corazón de María y en mil novecientos veintitres se inauguraba la Iglesia del Inmaculado Corazón de María, de estilo neogótico con los vitrales más impresionantes que recrean escenas de la vida del Padre Claret, creador de la congregación. Asimismo se resalta el órgano, elaborado por la casa alemana Y también. F. Walcker & Co., con 2 mil cilindros y veintitres registros, una de las 2 únicas piezas que tiene la Iglesia Católica en la ciudad de Buenos Aires.
La decadencia del distrito de Constitución seguramente haya comenzado desde la segunda mitad del siglo veinte, mas se acentuó enormemente a fines de la década de mil novecientos setenta. En mil novecientos setenta y cuatro, se acabó la extensión de la Avenida nueve de Julio llegando hasta la Avenida Caseros, lo que significó la demolición de todas y cada una de las manzanas que estaban entre las calles Bernardo de Irigoyen y Lima Este/General Hornos. La plaza perdió un frente, y las manzanas en donde ya antes había edificios, casas y comercios quedaron desocupadas y sin parquizar. En mil novecientos ochenta fue estrenada la Autopista veinticinco de Mayo, un puente elevado sobre columnas de hormigón que se edificó demoliendo una larga tira de manzanas, cortando el tejido urbano de múltiples distritos del sur de la ciudad de Buenos Aires. Sobre el cruce de la Avenida nueve de Julio se edificó un nudo vial que asistió a desmantelar la zona y significó la demolición de más manzanas.

El nudo de autopistas que partió y aisló al distrito.
A fines de la década de mil novecientos ochenta fue terminada la Autopista nueve de Julio Sur, otro puente que corre entre las calles Bernardo de Irigoyen y Lima Este, ocupando las manzanas que habían sido destruidas diez años atrás. De esta manera, se fue conformando una zona de cruce de autopistas y puentes que cortaron al distrito por la mitad y aislaron a la Plaza Constitución de sus aledaños. Solo la Iglesia del Inmaculado Corazón se salvó de la demolición, y quedó sola al lado de los brazos de las autopistas.
En los últimos veinte años, se ha hecho conocida por los ataques, el incremento de la marginalidad y la venta de drogas como por la consolidación de una zona roja de travestís y rameras, que en los últimos diez años se alimentó de una comunidad de dominicanas traídas por redes de trata desde el Caribe.3​ En las calles aledañas a la sede de San Juan, en Constitución, cambiaron radicalmente: no solo se instalaron librerías, cafés y restoranes, sino más bien asimismo emprendimientos inmobiliarios y la mejora del transporte público.4​
A través de la ley ochocientos treinta y cinco de la CABA, sancionada el 15/08/2002, la Legislatura de la Urbe de la ciudad de Buenos Aires declaró: “Institúyase el día veintinueve de agosto de de año en año como “Día de Constitución”, en celebración de la data del natalicio de Juan Bautista Alberdi, quién contribuyese a la organización del país con su pasión y también inteligencia expresada en sus escritos esenciales, bases de nuestra Constitución Nacional. “