Ferias barriales

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Las Ferias Itinerantes de Abastecimiento Barrial (FIAB) son parte del ambiente mismo de la ciudad. Están ahí, en todos y cada distrito, a mano de los vecinos que las visitan, las gozan y, sobre todo, las aprovechan. Se terminan de sumar 2 más y son ya veintinueve las que van rotando por prácticamente cien puntos de venta situados en las quince comunas, a lo largo de diferentes días de la semana.

Pues, a no dudarlo, es el sitio escogido para “cuidar el bolsillo”, desde una combinación imbatible: calidad más buen costo. De este modo, se produce un campo ideal para los vecinos, quienes aprovechan este espacio de comercialización que les ofrece previsibilidad y trasparencia en el momento de hacer sus compras.

Una de nuevas ferias, la número veintiocho, va a funcionar con doble turno, de ocho a veinte, por votación de los vecinos mediante BA Escoge. El horario vespertino va a ser una prueba conduzco a fin de que puedan llegar aquellos que frecuentemente no pueden hacerlo por sus horarios de trabajo. Va a estar en:

  • Plaza Constitución: lunes, miércoles y viernes.
  • Plaza Emilio Mitre: martes y sábados. Todos los sábados va a marchar de diez a catorce.
  • Plaza Petronila Rodríguez (entre Paraguay y Rodríguez Peña): jueves.
La otra, va a funcionar en el horario matinal, de ocho a catorce en:
  • Plazuela Cesar Fumarola: martes.
  • 33 orientales y Constitución: miércoles.
  • San Juan y Chacabuco: jueves.
  • Plaza Houssay (Paraguay dos mil cien): viernes.
  • Plaza Congreso (Hipólito Yrigoyen y Solís): sábados y domingos.
Estas ferias existen en la ciudad de Buenos Aires desde mil novecientos noventa y dos. Forman un punto de encuentro y sociabilidad para los vecinos, y es por este motivo que la ciudad trabaja con fuerza en brindarles pluralidad de opciones, proximidad y productos de calidad, atentos a las nuevas tendencias: productos saludables, la vuelta a los mercados de distritos y el sentimiento de pertenencia de los vecinos respecto a sus espacios comunes.En nuestros días marchan de martes a domingo entre las ocho y catorce, y llegan a más de cien puntos de ventas en parques, plazas y también intersecciones de calles, donde ofrecen productos frutihortícolas, carnes vacunas y derivados, granja, pescados y mariscos, lácteos, fiambrería, pastas frescas, embutidos y productos de almacén.

Asimismo se pueden localizar productos de dietética, panadería y confitería y artículos de limpieza.

A fines de asegurar buenos costos, de forma bisemanal se efectúa un pacto con los permisionarios, alcanzando una canasta de costes de setenta productos de primera calidad y con mejores ofertas a las encontradas en los supermercados. Hay controles de inspectores, quienes además de esto comprueban la calidad de la mercancía ofrecida.

En la aplicación BA Ferias, que se halla libre on line y puede descargarse gratis, está el listado actualizado de productos, sus costos acordados, las localizaciones y los horarios de cada Feria. Asimismo, se pueden preguntar en este enlace

Se calcula que asisten a cada FIAB en la semana entre quinientos y ochocientos vecinos y, los fines de semana, entre mil y mil quinientos. Para mayor comodidad y seguridad en sus compras, el ochenta y ocho por ciento de ellas ya cuenta con posnet.

Un tiempo familiar
Hay una conexión muy particular entre quienes venden y quienes comprarán. Confianza es la palabra clave que va de un lado al otro del mostrador. Ahí donde el trato es adaptado y nada se hace a las apuradas. Hay tiempo para recorrer, seleccionar y de esta forma poder llevar la mejor mercancía.

Zulma Cano, vecina de Parque Patricios, siente que sus idas a la feria son un camino muy recomendable: “Por el hecho de que me marcho de aquí de buen humor… Siempre y en toda circunstancia me pasa lo mismo: cuando termino de adquirir siento que me llevo lo que vine a buscar y con una diferencia de costo tremenda.”

Melina Varela va todo todos los miércoles a su puesto preferido de Caseros y Pepirí, en el corazón del sur de la ciudad de Buenos Aires. Con la minuciosa lista en mano que le escribió su mamá, asiste a un auténtico especialista de la fruta y la verdura: Ramón Giordano.

Este hombre, que comenzó de bien abajo allí lejos, se levanta a las dos de la mañana y enfila sin escalas cara el Mercado Central, en pos de los mejores productos. “Lo recorro de punta a punta para traer al puesto lo mejor y más económico. Conclusión: la gente agradecida.”

Claudia Demoestri heredó de su familia la pasión por la pescadería. Y cuida su negocio igual que lo cuidaba su padre. “¿De qué manera delimitar a la feria? Aquí, tanto los que vienen a adquirir como los que vendemos nos llamamos por el nombre… Hay conocimiento mutuo y eso, con el tiempo, se aprecia. Nosotros vendemos con los ojos cerrados y adquieren con los ojos cerrados”, afirma Demoestri, orgullosa de lo que hace.