La presencia de filamentos de la TAU ha sido asociada siempre y en todo momento a enfermedades neurodegenerativas, entre ellas el Alzhéimer, mas jamás hasta el momento se había logrado captar unas imágenes tan limpias de de qué manera se estructuran en el cerebro del enfermo. Por este motivo, un equipo de la Universidad de Cambridge dirigido por el maestro Michael Goedert, se sirvió de la criomicroscopia electrónica para estudiar de cerca las muestras tomadas de una paciente de setenta y cuatro años con esta enfermedad. Merced a esta técnica, efectuada a temperaturas bajísimas, se pudo caracterizar a nivel anatómico los filamentos de TAU y ofrecer una descripción detallada de las diferentes composiciones helicoidales y rectas de esta proteína en las neuronas. Estos microtúbulos impiden el transporte conveniente de nutrientes y de estímulos entre las neuronas, lo que hace que las células mueran y el tejido se deteriore provocando las distintas enfermedades neurodegenerativas. Por esta razón, el tener una imagen tan clara de de qué forma es su estructura va a ayudar en la lucha contra el Alzhéimer, desarrollando medicamentos más convenientes para tratarlo.
De esta forma lo cree el doctor James Pickett, jefe de investigación de la Sociedad de Alzheimer en Reino Unido: “Muchos medicamentos marchan como una llave en una cerradura, y este descubrimiento nos deja ver el funcionamiento de la “cerradura” del Alzhéimer y de esta manera asistir a los científicos a que creen medicinas más precisas que actúen sobre la proteína TAU y dejen de dañar el cerebro. De esta manera, vamos a poder diseñar un sistema informático que valore cuáles son los mejores medicamentos para tratar esta enfermedad y otras de carácter neurodegenerativo”.
Eso sí, el equipo advierte que la posible creación de medicamentos para su empleo en humanos podría llevar unos diez o bien quince años en efectuarse.
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