LOS CEREALES SON CADA VEZ MENOS NUTRITIVOS

Todos sabemos que las inclemencias del tiempo como una sequía prolongada, elevadas temperaturas o bien las fuertes lluvias pueden ocasionar estragos en la agricultura. Mas si a esto le agregamos el efecto del “cambio climático”, que agrava los acontecimientos naturales, el resultado puede ser horrible.

Y siendo francos, ahora que Donald Trump no nos escucha, vamos a avisar que si no hacemos nada, los crecientes niveles de dióxido de carbono en nuestra atmosfera afectarán con seriedad al valor nutricional del trigo, el arroz y otros cultivos básicos, lo que pondría en alerta a millones de personas de todo el planeta frente a una amenaza de deficiencia proteica. Por lo menos, eso es lo que asegura una nueva investigación publicada en la gaceta especializada Environmental Health Perspectives.

“Estos descubrimientos son sorprendentes”, ha reconocido Samuel S. Myers, autor del estudio y científico estudioso del Departamento de Salud Ambiental de la Escuela de Salud Pública TH Chan (Harvard). “Si nos hubiéramos sentado juntos hace quince años y hubiésemos tratado de adelantar el impacto en la salud humana de las emisiones antropogénicas de CO2, no se nos hubiese pasado por la cabeza pronosticar que nuestra comida se volvería menos nutritivas. Si interrumpimos y convertimos la mayor parte de sistemas naturales en nuestro planeta, proseguiremos encontrando sorpresas como esta”.

Cereales “de garrafón”

Conforme alarma la investigación, si los niveles de CO2 prosiguen incrementando de conformidad con lo que se espera, las poblaciones de dieciocho países corren el peligro de llegar a dos mil cincuenta habiendo perdido más del cinco por ciento de proteínas en su dieta. Se calcula que el setenta y seis por ciento de la población mundial consigue la mayoría de su proteína diaria de productos provenientes de la agricultura. Con la intención de calcular el peligro actual y futuro de deficiencia proteica, los estudiosos combinaron datos de ensayos en los que los cultivos fueron expuestos a altas concentraciones de CO2 con información dietética global y su nivel de ingresos.

Los científicos observaron que conforme aumentaban las concentraciones de CO2 se generaba un efecto inesperado: la concentración de proteínas en el arroz, el trigo, la ceba y las patatas redujo entre el seis por ciento y el catorce por ciento . El estudio, el que se piensa que es el primero en cuantificar este peligro, calcula que ciento cincuenta millones de personas en el mundo entero podrían padecer esta pérdida nutricional, “por no charlar de los cientos y cientos de millones de personas que padecen dicha deficiencia proteica, cuya situación va a ser exacerbada”.

Deficiencia de hierro

Un artículo complementario de Myers y sus colegas publicado en GeoHealth llegó a afines conclusiones, si bien esta vez vinculó el incremento de los niveles de CO2 con el contenido de hierro. Esto, como podréis imaginar, empeorará el inconveniente ya significativo de la deficiencia de hierro en prácticamente todo el planeta. Algo que afectaría en especial a los pequeños menores de 5 años y a una mil millones de mujeres en edad fértil. El estudio prevé una pérdida del cuatro por ciento del hierro en nuestra dieta a resultas de los efectos del CO2.

 

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