La historia del día del amigo que no conocemos

Corría el año 1969 y la carrera por la conquista del espacio llegaría en pocos meses más a su punto culminante. El hombre había comenzado a derribar barreras en pro de un acercamiento universal. Tomaba conciencia de que la unión con sus semejantes lo ayudaría a lograr rápidamente la consecución de sus objetivos. Este trabajo de los hombres unidos para conseguir la meta deseada, fue la fuente inspiradora de un argentino, Enrique E. Febbraro, Dr. en Odontología, profesor de Historia y Ética, músico, que desde Lomas de Zamora y en honor a la llegada del hombre a la luna, envió más de 1000 cartas a diferentes países. Le respondieron 700 personas y enseguida, propuso la instauración del Día del amigo en 100 naciones diferentes. (Enrique Febbraro fue candidato dos veces al Premio Nobel de la Paz.

El texto corresponde a una pieza gráfica editada por el Sr. Pedro Zampa, La Plata, Buenos Aires, sin fechar.

Se incluye allí el
CREDO DEL AMIGO
Creo en el desinterés de la amistad.
Creo que tener amigos es un deber:
Creo que para tener amigos debo ser yo primero amigo.
Creo que puedo tener hacia todos actitudes amistosas.
Creo que amigo no es el que necesariamente da dinero.
Creo que mis amigos se aproximan cuando yo me acerco a ellos.
Creo que mis amigos necesitan de mi presencia y yo la de ellos.
Creo que se puede ser feliz teniendo un amigo por toda riqueza.
Creo que la amistad puede pacificar naciones.
Creo que yo solo no puedo modificar el mundo.
Creo que con mis amigos podemos alegrar y embellecer la vida.
Creo en la virtud de la alegría, en la pureza, en la paz y
Creo en vos
Amigo mio.
Enrique E. Febbraro

Lamentablemente, existen muchas personas que con fines que desconocemos, han hecho circular en distintas oportunidades correos electrónicos, claro que siempre bajo el anonimato que da la Web, en los cuales se pretende menoscabar la instauración del Día del amigo, pretendiendo que el mismo responde a intereses norteamericanos. Para ofrecer algún tipo de pretexto, proponen que se cambien la fecha por otra que recuerda a un reconocido intelectual argentino. Quienes operan así desde las sombras, no desconocen el espíritu altruista del Dr. Enrique E. Febbraro, pero pretenden cautivar con su diatriba a personas que desconociendo los antecedentes reales de la fecha puedan dar crédito a las anónimas palabras. Los autores de la injuria no han advertido que el 20 de Julio ya es patrimonio, por lo menos, de una nación entera, la nuestra, y que el Día del Amigo es la fecha más popular de cuantas celebraciones anuales se realizan.

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