LA MODA DEL BRACKET

Comenzaron siendo aparatos prácticamente de tortura, pasaron a ser tratamientos infantiles y se han transformado en la última moda. Los brackets han salido del guardarropa de la vergüenza. Y lo han hecho con el boato propio de las joyas caras. Su elevado coste, entre los tres mil quinientos y los cuatro mil quinientos euros para una ortodoncia tradicional, los han transformado en seña de poder económico y estatus. Tanto que en Indonesia se ha creado un mercado falso donde por unos 100 euros se logra el día de hoy una ortodoncia “de pega”. Tailandia la ha seguido con el éxito de una parafernalia bucal compuesta por camisetas, tazas y otros productos de merchandising. Y el último en incorporarse a la fiebre bracket ha sido internet, con múltiples versiones de de qué manera fabricarse uno mismo un aparato falso con papel de aluminio y pegamento.

Ya existen mercados de ‘brackets’ falsos y tutoriales en la red de redes para fabricar ortodoncias ‘de pega’

En la evolución humana está la base de un negocio que factura en España quinientos millones de euros anuales. “Hay quien afirma que el inconveniente apareció con el Homo sapiens hace unos cien años, y es cierto, mas los orígenes hay que ubicarlos considerablemente más atrás: fue hace 1.800.000 años cuando el aumento del cerebro y la minoración de la cara que comenzó a probar el género Homo dio sitio a importantes cambios en la dentición”, explica el paleontólogo Antonio Rosas. “La adaptación entre el maxilar superior y la quijada generó desajustes en la oclusión bucal.”

Hasta hace unas décadas, la alineación de los dientes era algo secundario; la preocupación se centraba en la extracción. La ortodoncia moderna cambió el panorama. Ya Fauchard, en el siglo XVIII, había establecido sus bases y, con ellas, el orgullo de sonreír. “Exhibir una dentición sana transmite jovialidad, mejora el tono y facilita la masticación”, afirmaba Thomas Berdmore, dentista del rey Jorge III de Inglaterra. Las bocas imperfectas comenzaron a asociarse a las morales viles, como recogen los cuadros de la temporada. Indigentes y maleantes mostraban sus mellas sin decoro en la pintura de los siglos XVII y XVIII, al paso que los nobles se retrataban con los labios cerrados.

Los avances en microbiología en el siglo veinte supusieron un paso de gigante en la lucha contra la caries, y la sonrisa pasó a ser patrimonio de los anunciantes de jabones, cigarros, moda, gominolas, turismos, seguros… Mas, ¿responden los brackets a un problema de salud o bien a un deseo estético? “Cualquier corrección tiene un resultado en la apariencia física del paciente”, explica el estomatólogo Luis Carriere.

Al dentista ya antes que al cirujano plástico
“Los dientes son los que dan forma al tejido y a la cara”, agrega Carriere. Procuramos lograr el equilibrio entre el adecuado funcionamiento maxilofacial y una relación conveniente entre la nariz, el labio superior, el inferior y el mentón. Sabemos, por servirnos de un ejemplo, de qué forma hacer un bonito ángulo nasolabial superior o bien un atrayente atravieso supramentoniano, como tienen George Clooney y Angelina Jolie. Se logra con la situación de los dientes. De ahí que, la ortodoncia es la primera especialidad a la que hay que asistir si se quiere prosperar la estética facial. Se gana en belleza y naturalidad. Si no es suficiente, entonces entra en juego el cirujano plástico”.

Frívolo sería postergar la adecuada alineación bucal solo al plano estético. En frente de una esperanza de vida en torno a los cuarenta años en mil novecientos, los pequeños que nazcan el día de hoy van a vivir cerca de un siglo. Preservar las piezas bucales a lo largo de todo este tiempo es uno de los desafíos no solo por salubridad bucal, sino más bien asimismo para prevenir enfermedades sistémicas que son fruto de un componente inflamatorio crónico y extendido. Hoy día, el noventa por ciento de las personas mayores de sesenta y cinco años solo preservan entre seis y doce piezas bucales. Para combatir esta situación, los sistemas de corrección han experimentado grandes transformaciones. La ortodoncia acelerada, o bien de gran velocidad, es una de las vías para lograrlo. Fundamenta su funcionamiento en trabajar con fuerzas mil veces inferiores a los sistemas tradicionales, de forma que, aparte de reducir el tiempo de tratamiento, evita la isquemia –pérdida de irrigación por exceso de fuerza– y acelera la reacción del organismo al tratamiento. Al lado de ello está la ortodoncia invisible. Comercializada por Invisalign, consiste en una sere de aligners trasparentes y extraíbles, a medida de los dientes.

Mas ¿quiénes son los clientes del servicio de estas terapias? Jóvenes, adultos que desean frenar el apiñamiento de los dientes que se marcha generando con la edad, pacientes de mediana edad que tienen un inconveniente periodontal y personas con motivaciones estéticas. David Delfín es uno de ellos.
El diseñador no vaciló en efectuarse una ortodoncia con piezas en forma de corazón para provocarse una diastema, esto es, una separación entre los incisivos centrales. Para gustos hay… brackets.

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