Historia del barrio de Villa Soldati
Periodo mil novecientos-1930
Originalmente la zona formaba una parte del ayuntamiento de San José de Flores, y era famosa como el bañado del “Bajo Flores”,1 puesto que se trataba de un territorio inundable bordeado por el Arroyo y atravesado por el riachuelo Cildáñez, donde convivían nutrias, bagres, ranas, flores silvestres y múltiples especies de pájaros.2 En mil ochocientos ochenta y siete los partidos de Belgrano y San José de Flores fueron anexionados a la Capital Federal.
El distrito de Villa Soldati se creó el veintinueve de noviembre de 1908,4 cuando el dueño de esas tierras, don José Francisco Soldati (mil ochocientos sesenta y cuatro-mil novecientos trece), decidió subdividirlas y venderlas. Soldati, natural de Suiza, había participado además de esto en la fundación del Nuevo Banco Italiano y en la creación del vecino distrito de Villa Lugano, que hacía referencia a su urbe natal.45 El Tren Compañía General de la ciudad de Buenos Aires (el día de hoy Belgrano Sur) apoyó el proyecto de urbanización edificando la presente estación Villa Soldati.4 Aparte del tren, la primordial vía de acceso a los distritos de Soldati y Lugano era la avenida Roca, cuyo trazado facilitó la vinculación con el centro de la urbe.
A lo largo de las décadas de mil novecientos diez y de mil novecientos veinte prevaleció la autoconstrucción de residencias precarias y de la infraestructura básica del distrito, sobre todo en los aledaños de la estación ferroviaria.3 Con la pretensión de urbanizar de manera rápida el poblado, José Soldati remató los terrenos a costes consideráblemente más bajos que los del resto de la urbe y además de esto dio la sencillez del pago en cuotas. Los primeros ocupantes del distrito fueron obreros y empleados del tren, al paso que la segunda avalancha de habitantes estuvo compuesta por inmigrantes españoles, italianos y armenios que vieron la posibilidad de tener una residencia propia a bajo costo en vez de seguir pagando alquiler en los conventillos de la zona en el centro.
En mil novecientos doce, en la calle Lafuente dos mil novecientos treinta y uno, se instituyó la Sociedad de Promuevo y Edilicia José Soldati, primera asociación del distrito.3 Allá mismo, 4 años después, se creó la Primera Escuela Primaria. En exactamente el mismo predio, en mil novecientos veintisiete se erigió la Capilla Cristo Obrero que en mil novecientos treinta y cinco se relocalizó en su solar terminante de Lafuente tres mil doscientos cuarenta y dos, donde se erige hoy día la Parroquia Cristo Obrero y San Blas.
Las inundaciones de los años mil novecientos once y mil novecientos trece fueron las peores conforme el recuerdo de los habitantes del distrito y estigmatizaron al sitio como una zona peligrosa para asentarse.34 Don José Amor Mariñas, dueño del almacén “Gaucho Gallego”, el único de la zona, es recordado en tanto que a lo largo de las inundaciones salía con un bote y dos remos, proveído de comestibles que entonces repartía entre los vecinos perjudicados. Ese almacén todavía existe, en la calle Fructuoso Rivera entre Portela y José Martí.4 Al drama de las inundaciones debía sumarse la preocupación de los vecinos por los efluentes del riachuelo Cildáñez que era la cloaca natural de todos y cada uno de los desechos orgánicos generados en los mataderos del Mercado Nacional de Hacienda.
El primer asentamiento marginal de la zona data de mil novecientos trece más o menos, en el momento en que un conjunto de viejos habitantes del “distrito de las ranas” (el día de hoy Villa veintiuno-veinticuatro) que habían sido desalojados por las autoridades municipales, pasaron a ocupar un predio de entre ocho y diez hectáreas sobre la calle Varela, al Sur y al Oeste del Camposanto de Flores.
En mil novecientos veinticinco, la Sociedad de Promuevo y Edilicia José Soldati edificó casas de material destinadas a alquiler; construyó un campo deportivo con vestuarios y quinchos; y también instaló lámparas a kerosene en las esquinas más frecuentadas.3
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